El trabajo sexual es mucho más que dar saltitos y usar la cabeza sin mirar a quién.
En el Taller de Oficio de la Universidad de Prots se podrá obtener más información acerca de las adorables incumbencias del trabajo sexual.
A continuación se transcribe parte del programa educativo de Prots.
Marketing
Comenzado por las geniales empresas de tecnología .com, los CEOs descubrieron bien pronto que los empleos podían ser extraordinarias fuentes de ingresos. Tal fue que en el año 2000 instalaran máquinas expendedoras de latas Coca-Cola dentro de las oficinas de sus programadores y promocionaran lenguajes de programación deficientes como Python y Java.
Bien pronto descubrieron que podían contratar trabajadoras sexuales para sugerir a sus empleados almorzar en locales de comidas pertenecientes al mismo CEO, o adquirir vestimenta de empresas del propio CEO pasando por un cliente de la empresa, o invitar sus empleados un after-office en sus propios bares.
Abogacía
La profesión más antigua del mundo no podía quedar indiferente.
Conocidos en la jerga jurídica como caranchos, existen estudios de abogacía pertenecientes a los proxenetas de trabajadoras sexuales que envían cartas documentos amenazantes con motivos de juicios laborales, de cuota de alimentos y de tenencia de hijos.
Los caranchos son aves carroñeras que se alimentan de basura y animales muertos.
Las amenazas de juicios laborales incluyen principalmente empleadas domésticas, quienes posiblemente reciban una ínfima parte de las comisiones cobradas por sus abogados. Aunque también se han visto emails con propuestas de realizar juicios laborales injustos y absurdos contra ex-empleadores en puestos laborales tales como el de programador de computadoras.
Es sencillo distinguir un carancho de un reclamo legítimo por el tono amenzante y apremiante de sus cartas documento, y por mezclar el reclamo legítimo con amenazas e información no relacionada con el reclamo. Por caso, si un reclamo para cubrir el costo de operación de hernia por no usar faja durante el trabajo incluye la información de que el dueño de casa toma cocaína o es infiel, ha de ser un carancho.
En los casos de cuotas alimentarias y tenencia de hijos, las trabajadoras sexuales buscarán el modo de dificultar arreglos financieros y de tenencia, intentando sea el padre quién recurra a un abogado, sin comprender que ambos abogados reciben su cuota de dólares como resultado de la mediación. En algunos casos, ambos ambogados podrían trabajar para el mismo proxeneta.
Podrían existir otros casos de caranchos pertenecientes a la familia del dueño de casa. Tal es común en familias de cierta cultura para que el joven hijo ‘aprenda’ que los empleados de sus empresas futuras son personas malas que buscan perjudicarlos, y para que jamás permitan ingresar a un extraño a sus verdaderos hogares.
Finalmente, trabajadoras sexuales y caranchos tendrían participación en juicios por expensas en edificios administrados por los proxenetas de las trabajadoras sexuales, perjudicando a los propietarios honestos del mismo edificio. Tal podría ocurrir si administración de consorcio, dueños de departamentos y caranchos pertenecieran indirectamente al mismo proxeneta. Los gastos jurídicos los abona la administración de consorcio de los aportes de todos los dueños de departamentos, independientemente del resultado.
Bienes raíces
Los proxenetas poseen una cantidad de propiedades en alquiler.
Las trabajadoras sexuales de inmobiliarias y particulares ofrecerán, especialmente a los jóvenes estudiantes del interior de país, transcurridos unos pocos encuentros sexuales conocer casualmente departamentos en alquiler. Recibirían una ínfima comisión del total abonado por el inquilino.
Divorcios
Inmediatamente nacido un hijo de trabajadora sexual, ésta suprimirá justificadamente los contactos sexuales.
Transcurrido un tiempo razonable desde el nacimiento, hay quién dice 6 meses, hay quien dice 1 año, hay quien dice 2 años, la trabajadora sexual continuará en tal tesitura por tiempo indeterminado a la vez que otras trabajadoras sexuales pertenecientes a su mismo proxeneta se acercará al padre del hijo simulando espontaneidad. Podría ocurrir en su oficina, en el gimnasio, en el subterráneo o en el supermercado.
Hay quién sostiene que el parto es en sí mismo una experiencia erótica tan extraordinaria que por sí mismo produciría desinterés sexual y carencia de deseo. Aunque tal es hipótesis sea probablemente cierta en algunos casos, no explica el motivo para que una misma mujer de a luz a más de su primer hijo.
Luego de un par de encuentros sin demasiado valor pero suficientes para catalizar la separación, la pareja se separá y la madre trabajadora sexual pasará a la fase de alejamiento entre el padre y el hijo, aunque conservándolo como proveedor de dinero. Contará para tal fin con todos los recursos disponibles de sus caranchos y médicos pertenecientes a la misma empresa de proxenetismo.
Promoción de eventos
Hay quién tiene sexo en boliches, o con personas conocidas en boliches, o con personas conocidas durante sus vacaciones. Hay quién cree que tales encuentros son espontáneos.
Yo tampoco.
En ciertas culturas se estila que los padres envíen trabajadoras sexuales en viajes de vacaciones de niños, adolescentes jóvenes sin que sus hijos lo sepan.
En ciertas culturas se estila enviar trabajadoras sexuales en viajes de jóvenes y adultos sabiéndolo, incluyendo viajes ‘de trabajo’ y ‘académicos’.
Espionaje
Para optimizar la inducción a gastar dinero en alquiler de vivienda, latas de Coca-Cola o comida vegana la información del desinformado posee un alto valor.
El acceso a sus gustos, horarios, saldos financieros, dispositivos electrónicos personales, cuentas de email y más es vulnerado por trabajadoras sexuales y algunos empleos de oficinas para su propio beneficio económico.
Tíos postizos
Es probable que hijos de trabajadoras sexuales presenten un tío declarado por parentezco biológico, aunque de rasgos genéticamente improbables con aquellos de la trabajadora sexual.
Con seguridad se trata del proxeneta a su cargo y dueño indirecto y oculto de los departamentos de alquiler sugeridos o hallados por la trabajadora sexual.
Los proxenetas son personas educadas, simpáticas, compradores, cancheros, inteligentes, de buenos modales y mejor trato. Nunca alzarán la voz, nunca insultarán, y nunca dirán la verdad. Es más eficiente mentir con una sonrisa y buenos tratos. Podría reconocérselos por simular ingerir alimentos frente de otras personas mas nunca ingerir alimentos excepto sean aquellos que ellos mismos eligieran.
Educación sexual
Durante siglos, las clases adineradas del país implementaron la cultura de contratar empleadas domésticas cama dentro, especialmente en el interior del país.
Por lo general eran niñas o chicas jóvenes, de edad similar a la de los hijos varones de los dueños de la casa, o mujeres con hijas de su misma edad.
Tales niñas oficiaron de práctica para que los niños de la casa llegaran a su edad universitaria vacíos de sus bajos instintos y formaran pareja para tener cría con gente como ellos.
Tal cultura continúa al día de hoy, bajo esta forma y otras más sutiles.
Preservación del acervo cultural
Las trabajadoras sexuales no surgen por generación espontánea. Han de educarse como tal.
El motivo de madres trabajadoras sexuales para la expulsión de sus progenitores es crear el entorno propicio para transmitir sus propias artes a sus niños con la conveniente financiación del padre expulsado, de modo de asegurar a su proxeneta la continuidad de su empresa.
A su vez, que una trabajadora sexual reciba una cuota alimentaria de un tercero para el proxeneta significa un ahorro significativo de entre 1 y 2 salarios mínimos mensuales.