La Academia Semiótica de Krovach invita a la charla ¿Suenan los adinerados con malas palabras?
La investigación surgió de la discusión mediática acerca de la declaración de que cierto personaje es asquerosamente adinerado.
¿Es tal un insulto o un halago? preguntaría el Inadi de existir. ¿Se puede discriminar a los ricos? ¿En qué consistiría eso?
Como resultado de la investigación se establecieron algunos de los motivos funcionales de proferir insultos y de discriminar, ésto último entendido como diferenciar entre objetos de características y diferentes.
El resultado de la investigación contradice la creencia popular acerca de que ricos profieren menos insultos que pobres por ser más educados.
Siendo fáctimente comprobable que profieren menos insultos, el motivo descubierto es que tal ocurre porque se hinchan menos las pelotas que pobres. O, dicho de otro modo, los adinerados toman menos cantidad de basura contra su voluntad que los pobres, quedando siempre lejos del umbral del insulto. Ésto es siempre que la ironía no se considere insultante mas un ejercicio de la inteligencia bien educada.
Un segundo motivo igualmente asombroso es que los ricos profieren menor número de insultos cuando uno de los motivos funcionales del insulto es imponer distancia con el insultado. Los ricos disponen de innumerables recursos para poner distancia con aquello que les desagrada: poseen amantes temporales para poner distancia conyugal, poseen más de 3 viviendas, poseen viviendas en diferentes ciudades, hacen escapadas de fin de semana, poseen automóvil, poseen actividades recreativas, son miembros de clubes sociales, pueden hacer cursos de materias en las que no poseen interés, poseen dinero para consumir productos, definen precios innaccesibles en sus barrios, bares y restaurants para alejar pobres indeseados, vivien en barrios cerrados para que pobres no ingresen, poseen más de 10 metros de distancia al vecino más cercano, etc.
Los pobres no tienen dónde escapar. Un marido o una esposa no tiene segunda vivienda ni automóvil. No es bienvenido en los restaurantes del centro, ni se siente cómodo en ellos. No puede realizar una escapadita para esquiar en vacaciones de invierno. No puede costear los jardines privados que incluyen clases de piano y danza con sus hijos. No puede mudarse a otro barrio, a otra ciudad. No puede estudiar lenguas extranjeras a Europa en el verano, ni viajar un mes como turista sexual a cosechar de naranjas al caribe.
Para quienes no poseen lugar físico al que huir cuando quienes los rodean les hinchan las pelotas, incluyendo los ricos que los rodean, sus únicos escapes son físicos: insultos, gritos, autoflagelos, drogas, alcohol, alimentos, TV, radio, internet.
Hasta hace pocos años los ricos escapaban de matrimonios y paternidades no deseadas con abortos e indentidades falsas. Los ricos a los pobres no les permiten ni el suicidio.
Los únicos lugares que ofrecen los adminstradores a quienes no proveen lugar físico son hospitales, matrimonios y puteríos.