El prócer Martulino Patricio de Cordillero Babucha es conocido por los consejos que, antes de fenecer, dejara a su hija, Martulina Tamarinda Beltroncio de Costillar.
A continuación se transcribe un extracto de las Máximas a Tamarinda.
Querida Tamarinda,
Tal como solicitaras, envío las recetas.
Para los ravioles con bolognesa vegetariana, en primer lugar retira las verduras freezer. En esta receta la bolognesa es de berenjena. Con brócoli es aún más deliciosa.
Deja descongelar las verduras en un cuenco, o descongélalas en el microondas.
Tras triturarlas con el minipimer, mezcla con los ravioles y agrega algo más de agua.
Cuece en el microondas durante 10 a 15 minutos, y sirve en un cuenco individual.
Condimenta a gusto.
Para el desayuno de feriado, bate los huevos en el cuenco. Puedes romper la yema para asegurar evitar que salpique. Cocina tapado en microondas durante 3 a 6 minutos.
Tuesta las rodajas de pan, prepara el café con leche.
Retira el huevo del cuenco para ubicarlo sobre las tostadas. Condimenta con unas gotas de salsa tabasco1 o salsa de soja.
- Se consigue en San Francisco en supermercados de la iglesia católica atendidos por jóvenes bonitas en calza y en panaderías boutique pertenecientes a dueños de la colectividad judía que no consumen sus propias harinas blancas (he probado los bocaditos de pan de cebolla y amapola, pastrami y pepino agridulce en mi infancia y aún reconozco su origen) aunque están muy vencidas de su fecha de caducidad. En todos los locales de San Francisco en que se ofrecen. Se sabe por no poseer el sabor ni el picor de la salsa picante en buen estado. El efecto antibiótico del picante (salsa tabasco, wasabi, ají picante, gengibre, etc) con seguridad también venció. Ha de ser que son productos de descarte que en vez de desecharlos o donarlos cuando aún permanecen en buen estado los venden en mal estado a precio apenas menor a individuos ignorantes como yo. Peor ocurre con las carnes. A medida que la ubicación de la tienda se traslada hacia Frontera, incluyendo el supermercado grande de la zona de restaurantes a los que quizás abastece, comienza a oler más y más a carne descompuesta. En la carnecía ´El cuerpo de Cristo´, en la esquina de la 71 y la interestelar, el aroma a carne en descomposición es indisimulable. Creería que el municipio y la iglesia católica, quienes regulan y administran cada producto que se ofrece en cada tienda de sus pueblos, buscan recaudar con los productos de descarte que ellos no consumen en sus ciudades de aires acondicionados y casas con cocheras para dos autos y de la atención médica necesaria para tratar las enfermedades e inconvenientes que causa su ingesta. Tal es la naturaleza de la caridad institucional, Tamarinda. La de la Santa Iglesia de Castilla, la de la comunidad judía, y la de los chicos ricos que hacen postgrados en Estados Unidos para jugar con empleados de carne en empresas de telecomunicaciones.